martes, 23 de abril de 2024

23 de abril: Día Internacional del Libro y de los Derechos de autor

 La Conferencia General de la Unesco, en 1995, decidió rendir un homenaje universal a los libros y autores, alentando a descubrir el placer de la lectura y a valorar las contribuciones de aquellos que han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad. Una de las acciones que realizó para este fin, fue la creación del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

La fecha elegida fue el 23 de abril, un día simbólico para la literatura mundial, dado que se conmemora el fallecimiento de referentes como Miguel de Cervantes Saavedra,  William Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Además, coincide con el nacimiento de Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.



¿Qué son los derechos de autor?

Los derechos de autor son un conjunto de principios y normas jurídicas que establecen los derechos morales, patrimoniales y universales que tienen todos los autores de obras literarias, científicas, musicales, artísticas o de carácter didáctico, por el simple hecho de su creación, esté publicada o sea inédita. 

En esta categoría también están los creadores de programas informáticos, los anunciantes, publicistas, productores de cine y demás disciplinas.  Está considerado como uno de los derechos humanos fundamentales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales han expirado, y esto es habitualmente cuando transcurrió el plazo desde la muerte del autor (post mortem auctoris). El plazo mínimo, a nivel mundial, es de 50 años y está establecido en el Convenio de Berna, aunque muchos países han extendido ese plazo ampliamente.


El antecedente 

Los primeros casos que se recogen en leyes sobre el derecho de copia provienen de la antigua Irlanda. El Cathach es el manuscrito irlandés más antiguo existente de los Salmos (principios del siglo VII) y el ejemplo más antiguo de la literatura irlandesa. Tradicionalmente se atribuye su creación a san Columba como el copista, y dicha copia se hizo de forma extraordinaria en una sola noche a toda prisa gracias a una luz milagrosa, de un salterio prestado a San Columba por San Finnian. Surgió una controversia sobre la propiedad de la copia, y el rey Diarmait Mac Cerbhaill dictó la siguiente frase: "A cada vaca le pertenece su cría; por lo tanto, a cada libro le pertenece su copia".

                  

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